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viernes, 24 de febrero de 2012

Me, Myself & I - Capitulo 2

Desperté. A duras penas me puse de pie para dirigirme al baño y abrir la regadera.
En cuestión de segundos el agua tomo la temperatura perfecta. Deje caer mi ropa en el piso y entre para que junto el agua y el jabón se llevaran cualquier rastro de sudor.

... Salí después de algunos minutos, y envolví mi cuerpo en una toalla blanca.
Tome esto del closet: { http://www.polyvore.com/cgi/set?id=18497153 }
Hoy más que nunca tenía que ir arreglada. Mitchel y yo habíamos terminado, así que no podía haber rastro alguno de debilidad. Al contrario, debía demostrar que todo seguía siendo más que perfecto.
 

Deje mi cabello suelto, permitiendo que ligeras curvas se formaran en él. Puse levemente maquillaje, delineé mis ojos con lápiz negro, mascara para pestañas y solo un poco de brillo labial, sobre mis gruesos y bien definidos labios.

Tome mi bolso, el cual traía algunos libros. Ya que la mayoría estaban en mi casillero.

Baje las escaleras. Mi madre estaba en la sala. La mesa de centro como siempre estaba llena de papeles, su laptop y sus tres teléfonos celulares. Sin duda alguna una mujer ocupada.

—Me voy…— le avise antes de salir
—Que te vaya bien—me contesto

Hace dos meses que no conducía. Mitch siempre iba por mí y me llevaba a la escuela, saliendo nos regresábamos juntos y cualquier cosa que necesitaba lo hacía Mitch.
 

Llegue al campus y estacione mi auto. Me gustaba llegar algo tarde. Y así lograr capturar la atención de todas y todos. Obviamente, no era algo difícil de lograr.
Baje y todas las miradas se posaron en mí. Las de las mujeres eran despectivas al contrario de las de los hombres que solo indicaban deseo.

Solo que esta vez todos murmuraban cosas entre ellos. Seguro seria la ausencia de ‘Mitchel’ a mi lado. Abrazándome por la cintura y cargando mi bolsa.

Lo ignore y seguí caminando lentamente agitando mis caderas suavemente en un ritmo único. - ¡Rayos!- pensé molesta – ¡Donde demonios esta Chaz!- No lograba verlo. Y realmente lo necesitaba.

Llegue a mi casillero. Saque mi celular y comencé a presionar botones, escribiendo un mensaje para Chaz.
 — ¿Por qué tan acelerada?— una voz burlona casi hace que el celular cayera de mis manos.
— ¡Donde estabas!— le conteste alterada
— ¿En mi casa?— contesto extrañado
— No me dejes sola…— le dije seriamente
—Ves… ______ (tapdo) necesitas unas amigas— se burló
—Bien sabes que _____ (tapdo) y amigas… no van juntas en la misma oración, a menos que lleve un ‘no necesita’ en medio— comenzamos a caminar hacia el salón.

Las clases transcurrieron rápido, debido a mi ansiedad por que diera la hora del receso y hacer que Mitchel se arrepintiera de haberme dejado.
 Finalmente el estruendoso timbre nos liberó del maestro de álgebra. Espere a Chaz.
Ya acompañada por este, caminamos hacia la cafetería. Acomode mi cabello antes de entrar y escuche una carcajada de Chaz.
—Ves lo que te digo… él tiene toda la razón mujer— lo fulmine con la mirada y empuje las puertas de la cafetería para entrar.

—Adiós linda…
—Preciosa…

Halagos de ese tipo aunados a leves chiflidos y besos tronados se escuchaban al momento en que yo pasaba entre las mesas. Ya se habían enterado. Ya que estando con Mitch absolutamente nadie se atrevía a abrir la boca,

Como amaba esta atención. Todos desde los deportistas hasta los ‘inadaptados’ volteaban a verme. A excepción de alguien…
 

— ¿Dónde demonios esta Mitchel?— pregunte en un susurro solo audible para Chaz y para mí
—Disfrutando de su libertad.
—Sabes, creí que eras mi amigo— le dije seriamente
—Oh vamos, sabes que es juego— contesto riendo

Platicábamos de tonterías, como era común en nosotros. Pero aun así no podía evitar pensar en donde rayos estaba Mitchel.

— ¡Hey!— se escucharon cuatro voces al unisonó. Los amigos de Chaz.
—Nos abandonaste Chaz— le reclamo uno mientras todos se sentaban en la mesa
—Lo siento, mi amiga necesita apoyo— les contesto y lo fulmine con la mirada
—Oye… es cierto— dijo un rubio —Terminaron tú y Mitch…— todos en la mesa me miraban atentos — ¿Qué te parece si tú y yo?
—Chad… Ni lo pienses si— lo interrumpió Chaz y le agradecí con una sonrisa
 

No me molestaba la presencia de todos en la mesa, de hecho era divertido. Lo que me molestaba era la ausencia de mi ex novio.

Ya estábamos todos más internados en la plática, cuando uno de los amigos de Chaz emitió un ‘Oh no’ mientras miraba hacia la puerta de la cafetería.

Todos volteemos a verlo a él, para luego seguir la dirección de su mirada y encontrarnos con...



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